Comentario
Nunca antes se había producido un cataclismo de similares proporciones. Cinco años de guerra que implicaron a las tres cuartas partes de los habitantes del planeta de una u otra forma: cincuenta millones de muertos, una cifra superior de heridos, cien millones de desplazados, docenas de millones de hogares calcinados, fronteras que mudan de lugar y gentes que de la noche a la mañana se vieron cambiadas de nacionalidad e idioma. Una inmensa ola de hambre se extendió por medio mundo, mientras los supervivientes temblaban de frío, dolor o miedo.
Este capítulo recoge todo ese panorama en Alemania, -donde también se va a efectuar un ajuste de cuentas: el juicio de Nuremberg-, en Japón, en los demás países derrotados u ocupados por unos y otros...
De hecho ellos tampoco se libraron de grandes destrucciones y de numerosísimas bajas -en el caso de la URSS, la mitad de las víctimas mortales de la guerra-, de intensísimas controversias internas, de mutaciones que sacaron de su quicio los sólidos postulados anteriores al conflicto. Ellos, que podían proclamarse vencedores, también eran derrotados de alguna forma, como Gran Bretaña empobrecida, privada de su gran influencia anterior y con el imperio en disolución.
Finalmente, se abordan aquí los planes económicos elaborados por los vencedores para cuando concluyeran las hostilidades. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial fueron dos de las ideas válidas que surgieron en pleno caos bélico.